Hay tres cosas que tiendo a notar cuando uso dispositivos de otras personas, ya sea una computadora de trabajo o una laptop, un teléfono o una televisión inteligente:

1. La mayoría de mis amigos y compañeros tienden a usar dispositivos más nuevos y más potentes.

2. Aunque son más nuevos y potentes, sus dispositivos tienden a ser más lentos y a acabarse la batería más rápido, muchas veces debido a servicios innecesarios como funciones ‘de lujo’, actualizaciones forzadas y otros servicios comerciales que no se pueden quitar fácilmente.

3. Sus dispositivos tratan constantemente de atraer su atención. Hay publicidad en el menú de Inicio, notificaciones de nuevas funciones en su teléfono, pop-ups que demandan actualizaciones, peticiones para activar o registrar aplicaciones, etc. En resumen mis amigos y compañeros tratan regularmente con alertas, notificaciones y peticiones que consumen su atención.

Para ellos es normal -molesto, pero normal- mientras que para mi (que llevo años usando Linux y otros sistemas de Código Abierto) es una experiencia alienígena. Estoy tan acostumbrado a usar laptops, servidores y teléfonos que hacen lo que yo quiero y sólo lo que yo quiero que usar dispositivos comerciales de otras personas siente como navegar en una espesa nube llena de luces parpadeantes. Para mi eso es lo que destaca a Linux y a los sistemas de Código Abierto de otras plataformas: que mis sistemas Linux trabajan para mi, no para una compañía que gana acceso a mi.