A veces vivo muy rápido y paso de una cosa a otra y no me doy tiempo de realmente digerirlas, se van acumulando y hacen más difícil escucharme a mi mismo. Meditar me ayuda poco a poco a soltar mi mente para aprender a escuchar mi cuerpo.

La meditación puede entenderse simplemente como pausas entre mis actividades diarias:

- Darme un momento en un lugar tranquilo para enfocarme en mi respiración cada que termine una actividad y quiera empezar otra.

- Sentarme relajado, dejar que mi cuerpo respire por sí mismo y enfocarme en seguir mi respiración; si empiezo a tener pensamientos o a distraerme, lo dejo pasar, solo vuelvo a enfocarme en mi respiración.